Saturday, March 10, 2018

60 años de Vida religiosa del Papa Francisco. Entrevista al P. Arturo Sosa Abascal


El Superior General de los Jesuitas, en entrevista con Vatican News



Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano

El 13 de marzo de 2018 se cumplen cinco años de la elección del primer Papa jesuita, del primer Papa proveniente de América Latina, del primer pontífice que no es nativo de Europa, Oriente Medio o Norte de África. Sesenta años atrás, Jorge Mario Bergoglio entraba en la Compañía de Jesús, el 11 marzo de 1958.

¿Cómo era la Compañía en los años jóvenes de Bergoglio? El padre Arturo Sosa Abascal, XXXI Superior General de los Jesuitas, elegido en 2016, responde a esta y a otras preguntas en esta entrevista para Vatican News.

R. Es una pregunta difícil para mí porque era un niño de diez años en ese momento, pero estaba estudiando en un Colegio de la Compañía en Caracas, Venezuela. Era un momento de esperanza hacia el Concilio: el Concilio estaba preparándose, era la etapa previa. Era una Compañía de Jesús al estilo de lo que se formó con la restauración en el siglo XIX. Sin embargo, surgían algunos elementos importantes que luego florecen con el Concilio. En concreto, en Europa surge una reflexión teológica profunda, con otra perspectiva, más abierta a los cambios que se veían en el medioambiente. En América Latina se empezaba a hablar de crear centros de acción e investigación social. El padre Janssens invitó a todas las provincias latinoamericanas a crear centros de reflexión, investigación y acción social, y se destinó a muchos jóvenes jesuitas al estudio de las ciencias sociales. Empieza la apertura hacia lo que hemos llamado luego la inculturación, en India, en África, en Asia. La Compañía empieza a tener interés en echar raíces en cada cultura. Es un momento en que por fuera no se ven muchos cambios, pero sí hay esfuerzos para ir buscando la manera de enfrentar un mundo que se veía cada vez más complicado. Esa fue la etapa del padre Bergoglio. Se ordena durante el Concilio Vaticano II con la elección del padre Arrupe. Su vida apostólica inicia precisamente cuando todo esto eso sale hacia afuera y está dando frutos. En América Latina el Concilio fue una explosión de esperanza y la Iglesia sintió un viento fuerte que llevó a buscar nuevas vías para vivir la vida cristiana, y llevó a estar más comprometidos con la suerte de los pueblos. Era un periodo en que América Latina estaba buscando nuevas vías de desarrollo; era un momento muy entusiasmante para los jóvenes jesuitas de esa época, y para los que estaban alrededor de la Compañía de Jesús en ese momento.